Actualmente las secadoras empiezan a tener una importancia en los hogares, debido a los problemas de espacio al no disponer de tendedero para secar la ropa. Una secadora se encarga de dejar la ropa seca y lista para planchar después de haber pasado por la lavadora.
Antes de comprar una secadora, deberemos reflexionar un momento sobre varios puntos y no dejarnos influenciar solo por el precio pues una mala elección, a la larga, nos supondrá un mayor coste.
Obviamente, el primer aspecto que debemos tener en cuenta a la hora de elegir una secadora es el espacio del que dispones. Es importante saber que si te decantas por una secadora de evacuación necesitarás una salida de aire cerca de la secadora, algo que no hace falta en el resto de secadoras.
Debes plantearte con qué frecuencia necesitas usar la secadora y cuantas personas hay en la casa. La capacidad de carga está en un rango de entre 4 Kg y 8 Kg, aunque existen secadoras con una capacidad de carga de 3 Kg para casos en los que su uso es muy reducido.
Al igual que el resto de electrodomésticos de la casa, el ahorro energético es uno de los factores más importantes a considerar a la hora de comprar una secadora. Cubren el rango de A a D, incluidas las A+ y A++. Por lo general, los modelos con bomba de calor consumen entre 2 y 3 veces menos que sin bomba, un aspecto a tener en cuenta para reducir la factura de la luz.
Las secadoras aspiran aire del exterior, lo calientan e inyectan dentro del tambor donde gira la colada. Dependiendo de cómo se expulsen la humedad extraída de la ropa, podemos hacer la primera diferencia entre secadoras:
Como hemos dicho anteriormente, en este tipo de secadoras es muy importante tener presente la ubicación y la posibilidad de disponer de una salida al exterior para evacuar el vapor de agua a través de un tubo.
La ropa se seca con el aire caliente que se genera durante el centrifugado. Este tipo de secadoras no condensan calor sino que lo expulsan al exterior por una salida de aire.
Estos modelos de secadoras convierten el calor en vapor de agua. Esta agua se recoge en un depósito interno extraíble que hay que vaciar regularmente.
Este tipo de secadoras presentan dos modelos: pueden ir con tubo de desagüe para evacuar el agua como lo hace una lavadora o con depósito para recoger el agua, el cual se vaciará regularmente.
El sistema de transformación y evacuación sigue siendo por condensación, pero incorpora una bomba de que hace que el calor no se libere al medio ambiente sino que se reutiliza para realizar las distintas fases del proceso de secado.
El precio de estas secadoras es algo más caro que las secadoras sin bomba de calor, pero consumen hasta un 50% menos de energía que las secadoras de condensación clásicas de clase A, por lo que a la larga el ahorro será superior.
Estas son nuestras secadoras por condensación con bomba de calor
La mayoría de los modelos actuales son de la clase B, pero cada día hay más oferta de A+ y A++. Por lo general, los modelos con bomba de calor tienen un consumo entre 2 y 3 veces menor que sin bomba de calor, al igual que es el tipo de secadora que menos estropea la ropa.
Una secadora de clase A+ consume hasta un 16% menos que una de clase B.
Una secadora de clase A++ consume hasta un 45% menos que una de clase C y hasta un 70% menos que una de clase D.
Estas son nuestras secadoras de clase A++
La carga de una secadora se mide en los kilos de ropa que se puede introducir en cada uso. La capacidad de las secadoras es menor a la de las lavadoras, el rango oscila en 4 Kg y 8 Kg. Podemos hacer la siguiente estimación:
Para 1 ó 2 personas, será necesaria una secadora de hasta 6 kg de capacidad de carga.
Para familias de 2 ó 3 personas, será necesaria una lavadora de 7 kg de capacidad de carga.
Para familias de 4 o más personas, será necesaria una lavadora de 8 kg de capacidad de carga.
Consejo 1: Utiliza el programa más alto de centrifugado en tu lavadora, el centrifugado consume muchísimo menos energía que la secadora.
Consejo 2: Agrupa la ropa según el tipo de tejido, a fin de poder optimizar los ciclos de secado y los mínimos tiempos de secado.
Consejo 3: Utiliza los programas de detección de humedad y emplea el nivel de carga indicado en cada ciclo.
Consejo 4: Utiliza el ciclo de enfriamiento progresivo para aprovechar el calor residual.
Consejo 5: Para lograr que la ropa salga sin arrugas de la secadora, saca la ropa justo al finalizar el ciclo de secado.
Consejo 6: Si tienes mucha ropa, puedes ahorrar energía usando dos veces seguidas la secadora y así en el segundo secado aprovechar el calor acumulado en el primero.
Consejo 7: Limpia el filtro después de cada secado, mejorará la circulación del aire y evitará posibles averías.
Consejo 8: Revisa que el orificio de ventilación no esté obstruido, conseguirás ahorrar energía y posibles averías.
Consejo 9: Saca la ropa cuando haya terminado el ciclo de secado, para evitar el óxido en las partes metálicas.
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